El dormitorio es una de esas zonas de la casa en la que tenemos que depositar toda nuestra atención. Por norma general, pasaremos allí buena parte de nuestro día, por lo que la decoración de una habitación de matrimonio requiere algo de mimo para que nos veamos reflejados en ella y, al mismo tiempo, resulte eficiente.
Hay que tener en cuenta que no tenemos que renunciar a plasmar nuestro estilo, nuestra forma de ver la vida, y que, a la vez, es bueno optimizar espacios para almacenamiento y facilitarnos las acciones cotidianas. Hay muchas ideas de cómo decorar una habitación de matrimonio moderna, sin perder la originalidad.
¿Cómo realizar la decoración de una habitación de matrimonio?
Por todo ello, antes de ponerse manos a la obra, nos hará falta un planteamiento desde la base: medir la superficie, estudiar los huecos, analizar la posible distribución y qué elementos se integrarán en la disposición.
Podemos ir desde los conjuntos más habituales y clásicos hasta apuestas más minimalistas y simples.
Una manera de hacerlo fácil es valorar una misma línea de muebles para dormitorios completos, que a posteriori nos va a evitar muchos quebraderos de cabeza. De esta manera, los elementos siguen un patrón que redunda en que el espacio resulte cómodo, acogedor y sin estridencias.
Evidentemente, en una estancia como el dormitorio, la cama es la estrella protagonista sobre la que pivotará el resto de la decoración y sobre la que hay muchas variantes. Junto a ella, un cabecero y las mesitas de noche –ya sean con uno o varios cajones o aparadores- nos ayudarán a complementarla.
Ya, dependiendo del espacio disponible con el que podamos jugar, se pueden sumar otros componentes: desde armarios, cómodas y sifonieres, hasta baúles, pasando por armarios y estanterías y butacas o sillas.
Ideas sobre cómo decorar una habitación de matrimonio moderna: aspectos a tener en cuenta
La cama
A la hora de cómo decorar un dormitorio de matrimonio, la cama nos va a demandar toda la atención y no es para menos, ya que en ella pasaremos –si seguimos las prescripciones más saludables- unas ocho horas cada día. En definitiva, que hay que reflexionar muy bien sobre ella.
Como ya hemos visto en entradas anteriores, una de las primeras elecciones pasa por dilucidar si somos más de base tapizada o de somier: el tipo de colchón, las condiciones de humedad, la firmeza; son factores que tendremos que ponderar para dar con la elección que más nos interesa. Y tampoco se puede pasar por alto la posibilidad de incorporar un canapé, con todo el espacio para almacenar que ofrece.
Para apuntalar su instalación, los cabeceros de cama, ayudan a construir esa sensación de comodidad, calidez y sosiego que necesita un dormitorio.
Las mesitas de noche
No podemos obviar que las mesitas de noche cumplen una función fundamental. Por eso compensa pensar sobre ellas. En una habitación, y más cuando analizamos cómo decorar un dormitorio de matrimonio pequeño, hay que incidir en aprovecha los espacios. Unas mesitas de noche nos darán facilidades y espacio de almacenaje.
Facilidades para colocar una lamparita, las gafas, el libro de lectura… Aquello que necesitemos tener a mano. Pero también nos dan espacio de almacenaje, para, por ejemplo la ropa interior, que ya no tendrá que ir en otro mueble.
El armario
El punto fundamental para guardar la ropa y el calzado. Son piezas fundamentales que bien pueden llegar con la casa –si son empotrados- o que tendremos que añadir, e independientemente su distribución interna nos ayudará a optimizar espacios y que sean más operativos.
Cómoda o sifonier
Otro de los elementos que ayuda a la hora de ordenar una habitación. Con este tipo de muebles se consigue evitar que haya elementos fuera de ‘su’ sitio, lo que favorece la sensación de tranquilidad y hace que el dormitorio sea más acogedor. Sus estilos han ido cambiando y se adaptan a todos los gustos.
Luz
La luz en la decoración de una habitación de matrimonio es un factor que guía muchas decisiones. Por una parte, hay que exprimir y aprovechar la iluminación natural, pero también requerirá de la artificial: lámparas colgadas, lamparitas para la mesa de noche e incluso tiras de led a modo de luz ambiental.
La decoración
¿Manda el blanco, el beige o una apuesta por otro color? Aquí se cumple la máxima que dice que “para gustos, los colores”, pero el consejo más extendido es optar por lo neutro o colores calmados, ya sean tonos suaves de azules o verdes. Tampoco hay quien descarta el papel pintado con estampados de todo tipo.
Añadir cuadros o láminas nos permitirá dar esas marcas propias de nuestro estilo y que conseguirán hacernos sentir en un espacio único. No puede faltar un espejo, que será útil a la hora de vestirnos, o una alfombra, para no pisar el suelo desnudo. La ropa de cama a juego con los cojines y las cortinas o estores le pondrán el remate final.
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